RECUERDOS GUARDADOS EN UN CAJÓN

Hoy, como todos los días, los recuerdos invaden mi cabeza cada minuto, cada segundo del día. Un lugar...un parque. Y no un parque cualquiera; en él surgieron todos aquellos sentimientos que ahora, he de guardar en algún lugar dónde nadie pueda alcanzarlos y destrozarlos.

Un día soleado, por el momento no se presagiaba una mala mañana...

Sin ganas de ir a clase como de costumbre, disfrutando de cada momento juntos, nos escapabamos cada vez que podíamos o simplemente nos apetecía. Nunca llegaría a pensar que en una mañana, mi vida daría un giro de 360º para convertirse en más perfecta si cabía...

Miradas inocentes, caricias, gestos algo nerviosos...aquel beso fue algo inevitable, algo prececible quizás, estaba claro que había una atracción que no se podía disimular, un beso al que le siguieron más y más...y sin quererlo, ya me hice adicta a tí...

Deseaba que los días fueran más largos, que el tiempo se detuviese, y que todo a nuestro alrededor desapareciera, quedando solo tú y yo...¿para qué más?

Pasó el tiempo y todo aquello se acabó; se acabaron las mañanas en el parque, los desayunos juntos, las escapadas, las horas de estudio, horas y horas sin hacer nada, los abrazos de buenos días y los besos de buenas noches...y me ví obligada a guardar todos esos recuerdos vividos en un cajón...un cajón que abría cada noche antes de irme a dormir,y que se me hacía pequeño para guardar todos esos recuerdos y sentimientos...

El lugar que nos unió nunca ha vuelto a ser el mismo, se ha convertido en un lugar frío y triste, las sombras inundan aquel lugar...ya no está esa estrella que lo iluminaba todos los días haciendo que ese lugar fuera un lugar confortable.

Hoy, como solía hacer hace tiempo, me senté en ese parque...por un momento sentí que estabas allí, y que volvías a darme un abrazo bajo aquellos árboles, que volvías a sonreirme, con aquella sonrisa que me hacía olvidar todo solo con verla...; pero...como siempre, fue todo parte de mi imaginacíon. ¡Maldita imaginación que me hace tanto daño!...y una lágrima recorrió mi mejilla al saber que realmente no estabas a mi lado.

Recuerdos que desbordan ese cajón y no le quedan más remedio que salir...