sábado, 24 de noviembre de 2007

UNA APROXIMACIÓN A LA PLENA FELICIDAD.

Mi sueño...un sueño imposible; un sueño en el que dejo cada día todas mis fuerzas; un sueño capaz de quitarme el sueño; un sueño que está más lejos que aquella estrella en el cielo...
Todas las noches me preguntaba...¿cuando será el día que mi estrellita vuelva a mi lado?...nunca obtenía una respuesta clara...y sin embargo, me levantaba con más ganas que nunca para buscarla por cualquier rincón; buscaba ese brillo, un brillo que provenía de su gran sonrisa, de sus ojos marrones; él en sí brillaba con luz propia y yo intentaba seguir su rastro.
Un día como otro cualquiera...un viernes más...un día más..., sin embargo, tenía más ganas de verle que nunca, ganas de buscar esa mirada que dura segundos eternos...

Esa noche lloraba al pensar que tenía ganas de tenerle en mis brazos; una película que me hacía recordar momentos inolvidables; en ella también surgía un amor imposible...y como no, me sentía identificada.
Él esa noche también se encontraba igual de triste; era algo mutuo, nos queríamos, nos amabamos, nos deseabamos y anhelabamos un abrazo de esos que te dejan sin respiración. Para mi sorpresa, mi estrellita quería reunirse conmigo, y ya no precisamente en el mundo de los sueños como hacíamos tiempo atrás...

Y allí estaba él...tan guapo como siempre, y con él, esa mirada que hace que me derrita cada vez que se cruza con la mia....y con él,el abrazo anhelado se convirtió en tangible. Estaba con él, era él, y le tocaba y sentía su calor, no era un sueño, esta vez era verdad, mi sueño se hizo realidad, pero de forma más bonita si cabe que como había soñado.

No hacía más que comprobar que de verdad estaba alli con él, solo los dos, solo nuestros corazones latiendo a mil por hora. Y aún no daba crédito a aquella situación...

Llovía...después de lucir un gran sol en la mañana, llovía...; nunca me había gustado tanto la lluvía...
Y ahí estabamos los dos. En ese momento hubierá vendido mi alma solo por quedarme toda la noche con él...acurrucada en su pecho, escuchando los latidos de su corazón, un corazón que me pertenecía y se lo dí, para toda la vida...mi corazón es suyo, fue suyo, y será suyo por siempre...

Ahora lo único que me queda es llorar cada noche bajo mi ventana, y mirar a esa estrellita, que un día estuvo tan cerca, y hoy, vuelve a estar tan lejos...


TE QUIERO




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